Joan Cardona fue una figura indispensable de la estética Belle Èpoque, contribuyendo a definir los ambientes glamourosos del París elegante del declinar del siglo XIX. Los críticos incluso hablaban del "estilo Cardona" para referirse a la exclusividad de su quehacer. La figura femenina siempre ocupa un lugar preeminente, como se revela en este delicado y expresivo dibujo, donde una bella mujer se abanica a la vez que se dirige, junto a su marido, a la plaza de toros. Desde 1900, momento en que se instaló en París, hasta 1914, cuando la primera guerra mundial lo mandó de vuelta a Barcelona, fue uno de los ilustradores más reconocidos de la capital francesa.